Si bien muchos de ustedes tienen experiencia con el trabajo desde sus hogares, quiero compartir algunos consejos basados en mis 12 años de “home-office”:

– Eviten la fatiga y el cansancio que genera el consumo excesivo de información. Si bien no es reconocido aún por las ciencias médicas, existe un cuadro conocido como Síndrome de la fatiga informativa (Dying for information?, Psic. David Lewis, 1996). Es difícil recomponerse del agotamiento mental o burnout, que no siempre está vinculado al entorno laboral. La presión informativa puede afectar nuestro estado de animo.

– Mantengan una rutina ordenada. Respeten el horario laboral, el tiempo de las comidas y de los descansos. El desorden de los horarios nos hace perder eficiencia.

– Cuiden la postura. Hagan pausas para ejercitar y realicen elongamiento.

– Aliméntense bien. No simplifiquen las comidas por mantenerse conectados a sus computadores.

– Cuiden la vista. Durante las pausas, miren por una ventana y focalicen algún objeto distante. Los ojos también tienen músculos que debemos ejercitar.

– Vístanse como si fueran a trabajar. Es valido un atuendo informal o casual, pero no se pasen todo el día en pijamas.

– Cambien de ambiente. En la medida de lo posible, utilicen un ambiente distinto a la habitación para trabajar.

– Hablen por teléfono (no mensajes de WhatsApp o de texto) con colegas y familiares. Compartan sensaciones, miedos y angustias. Abran el corazón con aquellos seres queridos. No pierdan el contacto social.

Seguramente hay muchos consejos más que aplican a esta metodología de trabajo. Si quieren compartirlos, serán más que bienvenidos.

Y para cerrar, si fuera necesario, agéndense para cada día sus rutinas considerando estos consejos. Como hemos escuchado más de una vez, lo urgente se antepone a lo importante.